La códigos QR están cobrando protagonismo en las
estrategias de marketing de proximidad. Los medíos de comunicación impresos
incorporan estos códigos para actualizar o ampliar sus informaciones, y de esta
forma, conectar los soportes offline (papel) con sus contenidos online. Muchas
empresas, cada vez más, incorporan los
códigos QR como enlace a contenidos dinámicos, renovables y accesibles en
cualquier situación gracias a los dispositivos móviles (smartphones y tablets).
Parece que los códigos QR están creando un nuevo terreno de juego. Una
forma más participativa de comunicarnos.
Los escaneos de códigos QR van creciendo en nuestro país al mismo ritmo que aumenta el uso de smartphones (4 millones de personas ya cuentan con un terminal inteligente). Según el último estudio de comScore (abril 2013), España lidera en Europa la lectura de QRs con móviles, con una penetración del 66%, mientras que el porcentaje de personas que los escaneaban a finales de 2012 era de un 16%. Los usuarios que accedieron a vídeos online desde su dispositivo móvil creció un 164%. La visualización de videos desde el móvil creció un 164% y el 16% de usuarios utilizaron sus dispositivos para comparar el precio de los productos.
Los códigos de ‘respuesta rápida’ (Quick Response Code) son códigos de barras bidimensionales con gran
capacidad para almacenar información. Fueron creados en 1994 por Euge Damm y
Joaco Retes para la compañía japonesa Denso Wave (subsidiaria de Toyota y fabricante
de escáneres) con la finalidad de gestionar repuestos para la automoción. Denso
Wave es propietaria de la patente, aunque en la actualidad no ejerce sus
derechos.
¿Cómo se
utilizan?
Mediante una
sencilla aplicación de móvil (I-nigma, QR Droid, NeoReader…), que se puede descargar gratuitamente y que
viene preinstalada en muchos terminales, nuestros clientes puede acceder en unos
segundos a la información o contenidos del código… y utilizarlos.
Un supermercado virtual de la cadena Sorli, con 400 referencias, en una estación de Barcelona:
La fuerza de los códigos QR radica en su simpleza, una pequeña imagen de cuadrados blancos y negros se convierte en un patrón de enlace que nos da acceso a un sinfín de posibilidades:
Un supermercado virtual de la cadena Sorli, con 400 referencias, en una estación de Barcelona:
La fuerza de los códigos QR radica en su simpleza, una pequeña imagen de cuadrados blancos y negros se convierte en un patrón de enlace que nos da acceso a un sinfín de posibilidades:
· Crear y enviar un SMS, MMS o un correo electrónico.
· Acceder a una red Wi-Fi sin necesidad de introducir complejas claves.
· Podemos incorporar una cita en el calendario del móvil o guardar un contacto (vCard) en nuestra agenda directamente.
· Acceder e interacción con redes sociales o incluir una información de geolocalización, indicando la ubicación de un negocio.
· Permiten la gestión ágil de encuestas.
· Pero tal, vez la aplicación más interesante es la posibilidad de incorporar una URL, una dirección web, que nos aportará la entrada a contenidos multimedia, interactivos, promociones, la conexión y reproducir de un vídeo, etc.
· Es imprescindible ofrecer contenidos relevantes, útiles y/o exclusivos.
· Hay que invitar, motivar la lectura e informar del contenido del código.
· Dar notoriedad al QR en cuanto a tamaño, ubicación y presencia.
· Personalizar el QR. Los códigos personalizados incrementa entorno al 30% el número de escaneos.
· No está de más, facilitar instrucciones para leer el código, de cómo descargar la aplicación más adecuada para la lectura, etc.
· En su producción hay que tener en cuenta el tamaño, el contraste de la imagen y el ángulo desde el que se va a escanear.
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